Panizares es un pequeño pueblo del Valle de Valdivielso con un trazado adaptado a la agreste orografía donde se sitúa, y que tiene como telón de fondo, la imponente formación geológica de “Los Cuchillos”. Otro de sus atractivos radica en su iglesia que conserva un hermoso ábside románico.
Para “subir a los tejos” deberemos coger la pista forestal que, partiendo del mismo pueblo, se adentra en el bosque de pino negral. Recorridos unos centenares de metros, nos encontraremos con una cadena que impide el acceso de vehículos. Ascendiendo por la pista, iremos descubriendo bellísimas estampas de “los cuchillos” y panorámicas que recogen el valle en toda su extensión.
Dejando atrás una fuente con el escudo del desaparecido ICONA (Instituto para la conservación de la Naturaleza), llegaremos a una bifurcación en la que deberemos tomar el ramal de la izquierda. A partir de aquí, la pista discurre por un terreno llano y arenoso. En esta zona se pueden ver algunos claros en la masa de pinos, como consecuencia de las talas efectuadas en el año 2005.
Foto 2: Bosque de pino negral, camino a los tejos
Tras un ligero descenso, observaremos a la derecha del camino, un depósito de agua vallado y una pequeña fuente, construidos, también ambos, por ICONA. En este punto abandonaremos la pista y cogeremos un sendero que sale hacia la izquierda, atravesando un pequeño claro en el que suelen abundar los helechos. El sendero se empina y conforme vamos ganando altura se descubre ante nosotros la verdadera magnitud del bosque de pinos, a la vez que reconocemos la silueta de la mesa de Oña, baluarte occidental de los Montes Obarenes, y el pico Tablones, inconfundible por su estación de antenas. Al otro lado quedan La Bureba y el Valle de Caderechas. Un pequeño tramo llano entre encinas nos sitúa en la parte superior de uno de los vallejos que descienden al desfiladero de La Horadada, el hogar de los tejos durante cientos de años. El paisaje nos permite apreciar ahora, parte del Valle de Tobalina, asomando al otro lado de los farallones calizos del desfiladero.
Foto 3: Descenso hacia el valle de los tejos
Descender por el vallejo e ir descubriendo la majestuosidad de estos árboles, todos ellos catalogados y con su correspondiente chapa identificativa, es una experiencia única. Fundirse en un abrazo con sus troncos y sentir su energía vital, compendio de anillos tejidos por el tiempo año tras año, nos encaja suavemente en el puzzle de la Tierra.
También podremos observar la belleza de algunos tilos de porte extraordinario. En cuanto a la fauna, el corzo y el jabalí dominan estos parajes de monte cerrado. No nos será difícil sorprender a alguna ardilla en sus trajines.
El tejo ( Taxus baccata L.) es uno de los árboles de crecimiento más lento. Es un árbol dioico, lo que quiere decir que hay árboles masculinos y árboles femeninos. El fruto está formado por una parte carnosa de color rojo, llamada arilo, que rodea a la semilla de color negro. Todo el árbol es tóxico, con excepción del arilo que tiene un sabor dulzón.
Foto 4: Ejemplares de tejo
Esta toxicidad se ha aprovechado en la lucha contra el cáncer, pues a partir del principio activo, el taxol, se han desarrollado diferentes antitumorales, siendo uno de los más conocidos “taxotere”. En la actualidad el taxol se obtiene mediante síntesis química en el laboratorio.
Los celtas lo consideraban un árbol sagrado y sus guerreros siempre llevaban consigo algunas hojas y semillas para suicidarse en caso de derrota ante el enemigo, ya que preferían la muerte a la esclavitud.
¿Cómo llegar a Panizares?
Para llegar a Panizares desde Burgos, podemos optar por coger la nacional I hasta Briviesca y allí tomar la carretera hasta Cornudilla, para desembocar en la nacional 232 que nos llevará, pasando por Oña hasta Cereceda; allí deberemos desviarnos a la derecha y coger la carretera que discurre paralela al embalse de Cereceda. Entraremos así por el sector oriental del Valle, siendo el primer pueblo Panizares .
Foto 5: Panizares y Valdivielso desde el camino de subida a los tejos
Otra forma de llegar desde Burgos es: coger la nacional 623 hasta Sotopalacios y allí tomar la carretera que conduce a Villarcayo. Desde lo alto del puerto de la Mazorra se divisa hacia la derecha todo el valle en su esplendor. Al descender el puerto y llegar a Valdenoceda tomaremos la carretera que se adentra en el valle. El primer pueblo que nos sale al paso es Quintana, más allá la carretera se bifurca, debiendo tomar el ramal de la izquierda, que después de atravesar un puente que cruza el Ebro, nos sitúa en Puentearenas. Le siguen Quecedo, Arroyo, Valhermosa, y Hoz, para finalmente llegar a Panizares.
Dificultad: Media
Tiempo estimado: 3 horas y media
Autor: Javier Álvarez Díaz
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